URRUTIA,PAULINA "Cuando se critica la poca notoriedad del trabajo de gestión cultural, no se está mirando más allá”,

POR Pablo Soto A.

En entrevista, la titular del Consejo de la Cultura hace un balance de lo que fue 2006, responde las críticas a su gestión y repasa las principales polémicas.

Urrutia Fernández estudio teatro en la Universidad Católica de Chile. De ahí en adelante desarrolló una larga carrera en teatro y televisión, transformándose en un rostro cercano para miles de chilenos que la vieron en varias exitosas teleseries.

Sin embargo, su carrera artística tomó un rumbo que jamás imaginó: transformarse en la primera mujer que ocupa el cargo de Ministra de Cultura en el país. El primer apronte de aquello fue en 1999, cuando se convirtió en miembro del directorio del Sindicato de Actores de Chile (SIDARTE), entidad que presidió en 2001.

En su calidad de líder sindical logró articular las demandas del sector y más tarde integró el Directorio Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, donde participó en la elaboración de las diferentes políticas de mediano y largo plazo que el organismo propuso a través del documento "Chile quiere más cultura". Hoy es la cabeza visible de aquellas iniciativas que durante este 2006 han visto, según dice en entrevista

"un desarrollo impresionante y muy satisfactorio". "Este año ha sido muy productivo en materia de construcción de una institucionalidad cultural que hasta hace pocos años los chilenos no teníamos", cuenta Paulina Urrutia, mientras viaja a Valparaíso.

"Este Consejo Nacional de la Cultura es un organismo muy joven que está en pleno cierre de su etapa de instalación y por su puesto el siguiente paso es el proceso de consolidación que pretendemos dar durante el 2007",

-¿Cuáles son los principales hitos del Consejo de la Cultura durante éste su primer año de administración?

-Uno de los puntos más destacables es el aumento de los recursos económicos para el financiamiento de proyectos artísticos en todo el país. Este 2006 invertimos más de 9 mil millones de pesos para el fomento de las artes, el desarrollo cultural regional e indígenas y aprobar las líneas de fomento al patrimonio tanto material como inmaterial, involucrando todo aquello que significa el sistema de becas y pasantías que permite el desarrollo de personas naturales o jurídicas a lo largo de todo el país. Acceso cultural masivo -Otro punto importante durante este año fueron las políticas de acceso a la cultura.

¿Considera que hoy los chilenos se sienten más incorporados al tema de desarrollo cultural?-Eso sin duda significó un cambio importante, sobre todo por la serie de programas de acceso que llevamos a cabo. Los fondos concursables son el principal ejemplo que habla de una buena gestión y distribución de los recursos durante este año. Aquellos 9 mil millones de pesos antes mencionados financiaron mil 400 proyectos en todo Chile y 300 programas de acceso, mucho más que años anteriores y que durante el 2007 se incrementarán notoriamente. Sin embargo un proyecto que tuvo un bajo perfil este año a diferencia de la administración Weinstein fue la itinerancia cultural, también conocida como proyecto Sismo.-El Sismo nacional se mantuvo durante este año, que básicamente estaba centrado en itinerancia artística. Lo que hicimos durante el 2006 fue incorporar otras expresiones como talleres y clínicas en cada una de las presentaciones y nivel regional mantuvimos la itinerancia de artistas y expresiones culturales desarrolladas por artistas locales, además de charlas, conferencias e instancias de capacitación artística, pensando en preparar a las personas en materia de formulación de proyectos, que era una de nuestras principales debilidades a la hora de integrar a las regiones a los procesos de postulación de nuestros fondos concursables.

-¿Cuál fue el nivel de éxitos de aquella estrategia?

Como resultado final, sin contabilizar la concurrencia y participación de la ciudadanía en los Carnavales Culturales, una de nuestras actividades más emblemáticas, este año más de 650 mil personas tuvieron acceso a una serie de actividades artísticas, considerando la primera parte del programa "Chile + cultura", que consistió en la ejecución de una serie de fiestas ciudadanas que esperamos duplicar el próximo año en dos fiestas anuales en cada una de las regiones de todo el país. -

¿Cuáles son las prioridades en materia de políticas culturales para los primeros meses de 2007?

-El principal desafío que nos ha propuesto la Presidenta Michelle Bachelet es la creación de una nueva institucionalidad patrimonial, una gran deuda de nuestra. La idea es que el Consejo Nacional de Cultura y las Artes no sea la única institución que lidere en la materia. El primer informe para la aprobación de este organismo ya fue emitido al Congreso.

Críticas y dolores de cabeza No obstante y a pesar del intenso trabajo que Paulina Urrutia detalla, las principales críticas a su gestión apuntan a la continuidad de políticas impulsadas por su antecesor, José Weinstein, y que durante este año el trabajo ha estado centrado concretar aquellos proyectos que quedaron bien encaminados, poniendo en duda la generación de nuevas iniciativas en el plano cultural. Cuestionamientos que Paulina Urrutia dice asumir con respeto, pero que rechaza por la escasa visión que existe sobre el trabajo cultural que se está haciendo en el país.

"Cuando se critica la poca notoriedad del trabajo de gestión cultural, no se está mirando más allá", afirma, precisando que "el principal desafío hoy es consolidad una política cultural de Estado que antes no existía".

¿Con esto quiere decir que más allá del fomento de actividades artísticas el trabajo ha estado centrado en impulsar una política cultural a nivel macro?

-La gracia de todo este trabajo es precisamente que con las administraciones de turno no cambiara la política cultural que se hace entre todos los chilenos. Evidentemente, el énfasis que ha puesto la Presidenta va a tener expresión a partir del próximo año, cuando podamos trabajar mancomunadamente con el Ministerio de Educación en instancias tan importantes como la Jornada Escolar Completa, el desarrollo de actividades artísticas en el ámbito de la educación superior y, específicamente, poder incorporar contenidos transversales en el plano cultural en todo el país.

-¿Le molestas aquellas críticas que pueden parecer prematuras y que hablan más bien de una gestión de continuidad y de poca creación?

-Aquí es necesario entender que las políticas culturales siempre tienen un proceso de desarrollo y consolidación a largo plazo y significan cambios culturales que no se pueden conseguir en tan sólo un año. Por eso hemos puesto nuestros esfuerzos en desarrollar estrategias de fomento que permitirán lograr ese gran objetivo.

¿Cuáles han sido sus principales dolores de cabeza ?

¿El Teatro Municipal de Santiago?

-No, para nada. En realidad lo del Teatro Municipal fue un trabajo bastante serio y muy intenso para lograr identificar cuales son las prioridades del recinto y dónde se deben inyectar los recursos. Eso lo conseguimos felizmente y queda claro en el detallado informe que enviamos al Congreso y obviamente eso significó que la glosa para poder entregar los más de mil 500 millones de pesos al teatro se condicionara con el compromiso de responder a una política cultural de Estado.

Sin embargo, un verdadero dolor de cabeza para su administración fue la polémica salida de la dirección del Centro Cultural Palacio de La Moneda de Morgana Rodríguez en el contexto de la inauguración de la muestra de artefactos de Nicanor Parra..

-En eso quisiera ser súper clara. Mirando el tema después de unos meses con más claridad, lamento mucho más que se haya mezclado cosas que nunca fueron verdad.

¿A qué se refiere?

-A que la exposición de Parra llegó al lugar gracias a una persona con muchas influencias, cosa que se rumoreó en un minuto. Una utilización de la cual fuimos víctimas a raíz de un despido que era absolutamente administrativo y con razones fundadas de una mala gestión del lugar. Una situación superada y que ya no vale la pena recordar en el contexto del nuevo director del Centro Cultural.